El bitcoin se estanca en los 111.000 dólares ante la expectativa de represalias de Pekín
16 oct. 2025

Tras violentas fluctuaciones en la primera mitad de la semana, el tipo de cambio se ha consolidado en el corredor de 109.000-112.000 dólares, y la amplitud diaria se ha reducido. El detonante externo es obvio: el mercado se mantiene a la baja, atento a las medidas que prepara Pekín en respuesta a los aranceles estadounidenses. La pausa en los índices mundiales se reflejó al instante en el segmento digital: la capitalización total se congeló cerca de los 3,8 billones de dólares, mostrando el equilibrio entre compradores cautos y vendedores igualmente comedidos.
Los nuevos informes de onchain sugieren que no hay pánico. Tras un récord de 19.000 millones de dólares de cierres forzosos, el apalancamiento ha disminuido notablemente y la presión de la venta forzosa ha remitido. El índice del miedo ha caído a 34 puntos, pero los vendedores no tienen prisa por atacar, conscientes de que cada roce de los 110.000 dólares atraía una demanda contraria. "Parece que los osos ya han tenido bastante", señala un analista, que añade que los participantes están esperando una nueva referencia antes de aumentar el riesgo.
Las técnicas apoyan una formación de espera. La zona de 109.000 $110.000 $ ha servido de punto de apoyo desde agosto, y mientras las velas cierren al alza, el escenario base sugiere una subida suave. Una pérdida del rango puede hacer que el mercado pase rápidamente del modo tranquilo al defensivo: por debajo del nivel se aprecia un vacío de ofertas.
Los toques fundamentales añaden confianza a los alcistas. La correlación de Bitcoin con el oro ha subido a 0,9 -un récord en los últimos años-, lo que refuerza la imagen de "metal digital". El metal amarillo está subiendo por las preocupaciones geopolíticas, y la criptodivisa le sigue, actuando como cobertura alternativa. Paralelamente, la entrada de fondos en fondos basados en bitcoins y la expansión de la oferta de stablecoins forman una reserva líquida capaz de alimentar el próximo impulso.
En notas privadas, los estrategas subrayan que el pasado colapso ha enseñado a los operadores a contener la excitación, por lo que la consolidación actual se considera un respiro saludable. Los inversores están atentos a las insinuaciones de la Fed sobre una posible relajación de la política monetaria, pero al mismo tiempo desconfían de una nueva ronda de retórica arancelaria. Es el telón de fondo macroeconómico el que determinará si la marcha lateral hacia los 115.000-118.000 dólares se convertirá en una marcha hacia los 115.000-118.000 dólares o dará paso a un retroceso más profundo.
La actividad observada de las grandes carteras confirma una acumulación ordenada en torno a los 110.000 $: los volúmenes crecen sin picos, lo que indica una escasez de oferta. Si la presión externa cede, la demanda latente tiene el potencial de acelerar rápidamente el precio. Hasta entonces, el bitcoin sigue siendo una cuerda de arco tensada: cuanto más larga sea la preparación, más convincente puede ser el disparo