Minería bajo presión: cómo puede sobrevivir el sector a los bajos precios del hachís y la creciente complejidad
09 dic. 2025

La rentabilidad de la minería ha caído a niveles en los que muchas explotaciones se tambalean al borde del cero operativo. El precio del hash está rondando mínimos históricos, y la amortización de los equipos se extiende más allá de la mitad más próxima. En un entorno así, los jugadores con disciplina del sector energético -contratos fijos largos, consumo flexible y control estricto de los costes unitarios- tienen ventaja. Los débiles se van, los fuertes consolidan capacidad y consiguen reducir el coste de la electricidad por terahesh.
La complejidad de la red sigue ajustándose a la creciente competencia. Incluso un pequeño aumento del nivel objetivo se convierte en una presión sobre los márgenes si el coste de la electricidad sube y el tipo de cambio no compensa los costes. Para las líneas ASIC más antiguas, esto significa tiempos de inactividad forzosos, ventas a precio reducido o traslado a ubicaciones con tarifas estacionales. Los nodos con mejor eficiencia energética y firmware competente están pasando a primer plano: el ajuste fino de frecuencias y voltajes proporciona una ganancia tangible en vatios por TH, cuando cada céntimo cuenta.
Los modelos de producción están cambiando. Los operadores de éxito construyen una integración vertical con la generación, acceden a la capacidad de carga base y saben cómo rentabilizar la "controlabilidad" de la carga. Cuando la red o el mercado piden que se reduzca el consumo, un minero preparado para deshacerse rápidamente de la carga obtiene ingresos extra participando en programas de equilibrio. Otro ámbito es el aprovechamiento del calor. Reubicar las explotaciones cerca de instalaciones donde se pueda vender el calor reduce el coste total de producción y crea una fuente de cashflo, independiente del tipo de cambio.
La disciplina financiera es tan importante como el tipo de cambio. La cobertura de los precios de la electricidad, un apalancamiento cuidadoso y la diversificación de los proveedores de componentes son fundamentales. La tesorería tiene una política conservadora: vender parte de las monedas minadas para cubrir gastos de funcionamiento, reservas para reparaciones y sustituciones, y evitar esquemas de garantía arriesgados. El departamento de contabilidad no sólo contabiliza los bitcoins, sino también el tiempo de inactividad: una hora de inactividad por fallos de la red o de refrigeración puede comerse una semana de optimización.
El entorno normativo también afecta a la economía. Reforzar la lucha contra el robo de energía y los proyectos falsos está cambiando el mapa del sector: la capacidad abandona las zonas grises y los operadores transparentes obtienen ventaja en conexiones y tarifas. El riesgo para la reputación es más caro que los ahorros visibles, por lo que las auditorías de consumo y la limpieza legal de las infraestructuras pasan a formar parte de la ventaja competitiva.
